Marketing invisible
El marketing invisible no es ausencia; es integración. No consiste en esconder la marca, sino en convertirla en una capa de utilidad que vive donde el usuario ya está.
El marketing invisible no es ausencia; es integración. No consiste en esconder la marca, sino en convertirla en una capa de utilidad que vive donde el usuario ya está.
Llegar a la primera página de Google es el objetivo de cualquier negocio digital, pero pocos saben realmente cómo lograrlo.
Cuando pensamos en actualizaciones de un lenguaje solemos esperar revoluciones: nuevas sintaxis, paradigmas completos o librerías radicales.
En los últimos años hemos visto cómo las interfaces digitales han pasado de ser estructuras rígidas y visibles a convertirse en experiencias más fluidas, contextuales e, incluso, invisibles.
El marketing deja de comprar atención para merecerla. Pasamos de formatos que interrumpen a contenidos que se eligen.
Desde el 28 de junio de 2025, la Ley Europea de Accesibilidad (EAA) exige que todos los e-commerce en la UE sean totalmente accesibles.
En el desarrollo de software, pocas cosas son tan inevitables como la complejidad creciente de la lógica de negocio.
Diseñar para una audiencia dual es contar a personas y explicar a máquinas.
Diseñar una experiencia inmersiva es coreografiar un recorrido: cómo entras, qué orienta tus primeros pasos, qué revela cada giro y dónde culmina la historia antes de salir con un recuerdo.
Los agentes de inteligencia artificial están transformando el comercio electrónico, la experiencia de compra y el marketing digital en 2025.
En el ciclismo, la clave para ganar una gran vuelta como el Tour de Francia está en la eficiencia, la resistencia y la capacidad de responder con velocidad en el momento justo.
En diseño digital no siempre se necesitan grandes rediseños para mejorar la experiencia.