Diseñar con emociones
El color ha dejado de ser un elemento pasivo del diseño para convertirse en un lenguaje emocional que conecta tecnología y humanidad.
El color ha dejado de ser un elemento pasivo del diseño para convertirse en un lenguaje emocional que conecta tecnología y humanidad.
En diseño de interfaces, no basta con que algo se vea bonito: cada elemento debería sentirse vivo.
Abrir datos es solo el primer paso; convertirlos en conocimiento útil es el verdadero desafío.
Diseñar para una audiencia dual es contar a personas y explicar a máquinas.
En diseño digital no siempre se necesitan grandes rediseños para mejorar la experiencia.
El futuro del diseño de experiencias no estará definido únicamente por pantallas más grandes, rápidas o inmersivas, sino por la capacidad de los entornos para responder de manera natural a las personas.
Si acabas de terminar un diseño, hay muchas posibilidades de que esté 'obsoleto' en menos de un año.
Diseñar para lo efímero es, en última instancia, diseñar para la intensidad.
Diseñar para este tipo de narrativa implica entender cómo se comporta la interfaz en el tiempo, cómo se mueve, cómo reacciona, cómo guía.
Los iconos bien diseñados son clave para una interfaz clara, coherente y accesible.
El diseño posthumano no es una moda futurista ni una curiosidad tecnológica: es una nueva frontera del diseño centrado en lo humano.
Un buen diseño no depende de tener “un don artístico”, sino de aplicar principios claros, consistentes y accesibles.