Pocas cosas resultan más molestas que un vídeo que se detiene justo cuando empieza lo interesante, o una página web que salta con un pop-up imposible de cerrar. Esa sensación de invasión resume bien por qué la publicidad basada en interrupciones ha perdido fuerza, aunque algunos medios, como las plataformas de streaming, sigan apostando todavía por este modelo.
El usuario de hoy quiere lo contrario: elegir activamente el contenido que consume. Busca propuestas que le entretengan, le inspiren o le ayuden a expresarse, y evita todo aquello que rompe su experiencia.
Aquí está el giro: el marketing ya no se mide solo en impactos, sino en la capacidad de una marca para crear historias que el público decida ver por voluntad propia. El reto no es interrumpir, sino conectar.
Del spot al entretenimiento: el auge del content-as-entertainment
Content-as-entertainment significa crear piezas de entretenimiento completas (series, mini-docu, podcasts, eventos en directo, juegos, newsletters narrativas) donde la marca no interrumpe la historia: es la productora de la historia. El objetivo ya no es “insertar” un mensaje, sino merecer audiencia con contenidos que la gente quiera ver por sí mismos.
Formatos que funcionan (sin parecer anuncios)
- Branded series / mini-docu: historias reales, making-ofs, retos o viajes temáticos donde el producto aparece como contexto natural (no como reclamo).
- Podcasts de autor y entrevistas: conocimiento, cultura pop, negocio o creatividad con identidad editorial propia.
- Eventos y live shows: experiencias en directo o retransmisiones que se convierten en contenido compartible.
- Newsletters y revistas de marca: curación y análisis con voz editorial, útiles en B2B y nichos.
- Juegos, apps y micro-sites interactivos: utilidad + diversión (retos, simuladores, guías interactivas).
- Cortometrajes y motion series: narrativa corta y estética cuidada para plataformas sociales.
Por qué cambia la percepción de marca
- De intrusa a anfitriona: la marca ya no “se cuela”, invita a una experiencia valiosa.
- De ruido a afinidad: al aportar entretenimiento, conocimiento o utilidad, la marca gana recuerdo y preferencia sin forzar el mensaje.
- De campaña a relación: los contenidos seriados crean cita con la audiencia y construyen comunidad.
- De producto a cultura: cuando el contenido es bueno, la marca pasa de vender a definir un territorio cultural (temas, valores, estética).
Claves para hacerlo bien
- Idea > formato > canal (en ese orden).
- Vocación editorial: tono, línea temática y calendario.
- Métrica adecuada: retención, tiempo visto, repetición, suscripción, menciones orgánicas (no solo impresiones).
- Integración natural del producto (uso real, backstage, personas, no packshot forzado).
Product placement inverso
Si el product placement clásico coloca un producto real dentro de una historia, el product placement inverso hace lo contrario: una historia crea un producto que antes no existía. La narrativa despierta deseo (símbolos, objetos, sabores, moda, gadgets) y las marcas materializan ese deseo en forma de producto real.
Fenómenos que lo ilustran
- Series: bebidas, snacks o prendas que aparecen en pantalla y después se lanzan al mercado; colecciones cápsula inspiradas en personajes; props convertidos en ediciones limitadas.
- Videojuegos: ítems icónicos que saltan a la vida real (periféricos, ropa técnica, coleccionables “1:1”); skins o mecánicas que inspiran productos físicos y colaboraciones con fabricantes.
- Música y cultura pop: estéticas de un videoclip convertidas en líneas de moda; drops de merch que nacen de un meme, un verso o un símbolo visual del artista.
La clave: el objeto narrativo ya viene con historia, comunidad y significado. Por eso su adopción es más rápida que la de un lanzamiento “desde cero”.
Oportunidades para marcas (co-creación y storytelling)
- Diseño con la comunidad: convertir fan art, mods o tendencias UGC en ediciones oficiales (previa curaduría y acuerdos de IP).
- Cápsulas narrativas: drops limitados que cuentan un capítulo de la historia (packaging, naming y experiencia de compra alineados con el lore).
- Prototipado ágil: testear la intención de compra con teasers in-universe (listas de espera, vote-to-make, preventas).
- Licencias inteligentes: acuerdos con estudios/creadores para producir “objetos de la trama” con calidad y coherencia estética.
- Phygital: producto físico con capa digital (NFT utilitario, contenido desbloqueable, realidad aumentada) que extiende la historia tras la compra.
- Data → Producto: usar analítica del contenido (escenas más vistas, hashtags, watch time) para decidir qué objetos convertir en producto.
Buenas prácticas
- Canon primero: que el producto respete el universo narrativo (nombres, materiales, funciones).
- Escasez con sentido: limitar por arco narrativo o temporada, no por artificialidad.
- Experiencia completa: lanzamiento, unboxing y aftercare como capítulos adicionales de la historia.
- Medir lo que toca: sell-through, repetición de compra, reventa saludable, menciones orgánicas y cosplay/use-in-context (no solo impresiones).
Branded series, YouTube Originals y videojuegos con propósito
Qué entendemos por “producciones propias de marca”
Hablamos de contenidos largos o seriados creados por una marca con vocación editorial: documentales, mini-series, podcasts, cortos o eventos filmados que se disfrutan por sí mismos y no como “anuncios encubiertos”. Patagonia lleva años produciendo cine sobre naturaleza y activismo desde su sello Patagonia Films; son piezas que encajan con su misión y que la audiencia busca ver por interés real. Red Bull ha construido un catálogo propio (documentales como The Art of Flight, eventos extremos, series) que la sitúa más cerca de un medio que de un anunciante. BMW abrió camino con The Hire, una serie de cortos online con directores de primer nivel que redefinió el branded content en la era digital.
¿Y YouTube Originals?
YouTube redujo su línea de producciones originales en 2022 para centrarse en otras áreas de la plataforma. Eso no impide que muchas marcas sigan estrenando series y documentales en YouTube, pero el foco ya no está en el sello “Originals”, sino en crear canales y proyectos propios con continuidad.
Videojuegos y mundos interactivos: construir universos de marca
Los espacios virtuales permiten algo más que “poner un logo”: crean lugares donde la comunidad convive con la marca. Nike lanzó Nikeland en Roblox como entorno jugable y evolutivo. Gucci pasó de una experiencia temporal (Gucci Garden) a un espacio permanente (Gucci Town) con minijuegos, galería y tienda virtual; un mundo donde la estética y los valores de la marca se exploran jugando. Los conciertos dentro de videojuegos también han mostrado su potencia: el evento de Travis Scott en Fortnite reunió a más de 12 millones de asistentes simultáneos.
Por qué fidelizan más que la publicidad tradicional
- Tiempo de calidad: cuando el contenido es interesante, la gente dedica minutos (o episodios), no solo segundos robados entre interrupciones.
- Sentido y coherencia: documentales y series alineados con los valores de la marca (ej. sostenibilidad en Patagonia, cultura del deporte en Red Bull) refuerzan identidad y preferencia.
- Universos que se habitan: mundos interactivos como Nikeland o Gucci Town convierten a la audiencia en participante, no espectador, y eso crea recuerdo y comunidad.
- Citas recurrentes: las series y los directos generan hábito; la relación deja de ser “campaña” para convertirse en “programación”.
Claves prácticas para marcas
- Define una línea editorial clara (tema, tono, frecuencia).
- Mide más allá de las impresiones: retención, tiempo visto, repetición, suscripciones, participación.
- Integra el producto de forma natural (uso real, backstage, personas), sin forzarlo.
- En mundos virtuales, piensa en la experiencia completa: juego, comunidad y “por qué volver”.
¿Contenido como identidad? El futuro del consumo de marca
¿Medio o parte del “ser” de la marca? Cuando el contenido deja de servir solo para comunicar y empieza a definir valores, estética y comunidad, se convierte en parte de la identidad. No es un envoltorio: es la experiencia central por la que la audiencia reconoce y prefiere a la marca. Si el público puede describir a la marca por sus historias, su tono y sus rituales de consumo, estamos ante contenido-identidad.
Riesgos reales
- Saturación: publicar por inercia diluye el relato y fatiga a la audiencia.
- Pérdida de autenticidad: copiar tendencias sin un porqué rompe la coherencia y resta credibilidad.
- Desenfoque: abrir demasiadas líneas narrativas sin editor responsable dispersa la marca.
- Métrica equivocada: perseguir solo alcance lleva a decisiones de corto plazo que vacían el contenido de significado.
Claves para construir contenido-identidad
- Propósito claro y público: una frase-guía que responda “¿por qué existe nuestro contenido?”.
- Territorio temático definido: 3–5 temas troncales (no más) que se repiten y evolucionan.
- Voz editorial: tono, principios visuales y criterios de selección; un “libro de estilo” vivo.
- Cadencia sostenible: menos piezas, más valor. Ritmo que se pueda mantener con calidad.
- Formatos con cita: series, secciones recurrentes y eventos que creen hábito.
- Participación real: incorporar a la comunidad en ideas, pruebas y decisiones (no solo comentarios).
- Integración natural del producto: uso en contexto, personas y procesos; evitar el “mensaje pegado”.
- Métricas que importan: retención, tiempo de visionado, repetición, guardados, suscripciones, contribuciones de la comunidad.
- Gobernanza: un responsable editorial y un panel trimestral para revisar coherencia y aprender.
- Ecosistema conectable: cada pieza debe invitar a otra (playlist, newsletter, evento, producto, mundo interactivo).
Señales de que vas por buen camino
- La audiencia cita tus secciones por su nombre.
- Surgen frases, símbolos o gestos que la comunidad adopta.
- Los equipos internos usan el contenido para tomar decisiones y alinear producto, diseño y atención al cliente.
Idea final
El contenido-identidad no busca interrumpir ni “vestir” un producto. Es la forma en que la marca se expresa y convive con su comunidad. Cuando la audiencia elige verlo, compartirlo y volver, el contenido deja de ser un medio y se convierte en la experiencia de marca.
Conclusión
El marketing deja de comprar atención para merecerla. Pasamos de formatos que interrumpen a contenidos que se eligen: entretenimiento con intención, historias con propósito y experiencias donde el usuario participa. Cuando el contenido aporta valor —información, emoción, utilidad o identidad—, la relación con la marca deja de ser transacción y se convierte en vínculo.
La invitación es clara: menos impacto forzado, más interés genuino. De interrumpir a invitar; de imponer a acompañar; de “campañas” puntuales a programación que crea hábito; de mensajes pegados al producto a relatos que lo integran con naturalidad. Las marcas que den este paso construirán audiencias fieles y, sobre todo, una identidad que se reconoce por cómo cuenta y por cómo cuida las experiencias que ofrece.
Si tu marca dejara de hablar, ¿qué historia contaría su contenido por sí solo?
Fuentes:
- 2025 Digital Media Trends: Social platforms are becoming a dominant force in media and entertainment
- Guide to Ad Blocking: Usage Statistics and the Effects on Marketing and Advertising
- Ad Blocker Usage and Demographic Statistics in 2024
- Patagonia Films - Films about our Home Planet
- The Art of Flight: Watch the seminal snowboard film
- Crouching Madonna, Hidden Beemer | WIRED
- YouTube Shuts Down Original Content Group
- Video game modding - Wikipedia
- IP Assignment and Licensing