A la relación entre los elementos de un diseño y el significado que transmiten, se llama densidad proposicional. Se trata, básicamente, de la cantidad de información transmitida en un objeto por unidad de elemento.
Alta Densidad proposicional
La alta densidad proposicional es un factor clave para hacer que los diseños sean atractivos y memorables. Por eso los dobles sentidos son interesantes y los juegos de palabras son divertidos.
Superficiales y profundas
Existen dos tipos de proposiciones: las proposiciones superficiales y las proposiciones profundas.
Las proposiciones superficiales son los elementos perceptibles sobresalientes de un objeto o entorno. Las proposiciones profundas son los significados subyacentes y, muchas veces, ocultos de esos elementos.
Fórmula matemática
La densidad proposicional se puede estimar dividiendo el número de proposiciones profundas por el número de proposiciones superficiales. La siguiente es su fórmula matemática:
PD = P_d/P_s, donde PD es la densidad proposicional, P_d es el número de proposiciones profundas y P_s es el número de proposiciones superficiales.
Es importante notar, por lo tanto, que los objetos y entornos con PD alta (PD > 1) se perciben como más interesantes y atractivos que los objetos y entornos con PD baja (PD <1). También vale la pena recordar que los objetos con pocas proposiciones superficiales (simples), que son ricos en significado (con muchas proposiciones profundas) se perciben como los más convincentes. Piensa en la manzana de Apple, por ejemplo.
Una alta densidad proposicional puede hacer que un logotipo sea interesante de ver y fácil de recordar.
Conclusión
Por tanto, en tus diseños deberías considerar la densidad proposicional en todos sus aspectos. Deberías favorecer elementos simples que sean ricos en significado. Puedes aspirar a lograr la mayor densidad proposicional posible, pero debes asegurarte de que las proposiciones profundas sean complementarias. Las proposiciones profundas contradictorias pueden confundir y obtener resultados no deseados.
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