La publicidad está en todas partes.Nos acompaña en el feed, entre un video de gatitos y un tutorial de skincare, aparece antes de nuestra serie favorita y hasta interrumpe meditaciones guiadas en YouTube. En 2025, vivimos rodeados de mensajes que quieren llamar nuestra atención.
Y claro, el resultado era predecible: la gente se cansó.Cansancio de los anuncios repetidos, de los mensajes genéricos, de sentir que cada clic abre la puerta a una lluvia de banners. Lo que antes se sentía creativo, hoy a veces suena como ruido de fondo.Bienvenidos a la era de la fatiga publicitaria.
¿Qué es exactamente la fatiga publicitaria?
Más que un término de marketing, es una reacción humana.Sucede cuando el público deja de notar (o incluso evita) los anuncios por exceso, repetición o falta de relevancia.
Según un estudio reciente de Nielsen, el 88% de las personas dice haber visto “el mismo anuncio demasiadas veces”.No importa si el contenido es excelente o si el presupuesto fue enorme: después de veinte repeticiones, simplemente deja de importar.El problema ya no es la calidad, sino la saturación.
La economía de la atención
Las marcas ya no solo compiten por captar la atención… sino por merecerla.
El consumidor promedio decide en menos de tres segundos si seguirá viendo un contenido o hará scroll. En ese tiempo diminuto, tu marca compite con memes, noticias, reels y mensajes personales.
Las redes sociales aceleraron esta dinámica: TikTok, Instagram o X (antes Twitter) nos acostumbraron a consumir todo rápido, fugaz y casi descartable.La atención se convirtió en el recurso más valioso —y más escaso— del mercado.
Ejemplo: Aboca — “Cómo suena Aboca”
La marca de salud y bienestar Aboca lanzó en España a comienzos de 2025 la campaña “Cómo suena Aboca”. Fue una acción digital enfocada en Instagram y TikTok, con una idea sencilla y humana: explorar cómo se pronuncia su nombre.
Creadores de contenido se unieron al reto con el hashtag #ComoSuenaAboca, lo que generó participación espontánea del público. Según la marca, el video principal sumó cerca de 200.000 impresiones y unas 95.000 personas participaron en la dinámica.
¿Por qué funcionó? Porque no insistía en vender un producto, sino en invitar a participar. No era otro anuncio más, sino un juego colectivo. El tono fue ligero, divertido y cercano, y la campaña no se volvió repetitiva ni invasiva. En resumen: más conexión, menos saturación.
¿Por qué estamos tan saturados?
- Exposición constante Nos llega el mismo mensaje por diez canales distintos: YouTube, TikTok, correo, podcast, display… imposible escapar.
- Personalización sin pausa ¿Buscaste un viaje a Lisboa? Prepárate: aerolíneas, hoteles y apps te seguirán durante semanas. La personalización sin límites puede pasar de útil a incómoda.
- Poco intercambio de valor Muchos anuncios aún no ofrecen nada más allá del mensaje comercial. Si no hay humor, inspiración o utilidad, el usuario simplemente no prestará atención.
Qué está funcionando hoy
A pesar del cansancio, algunas marcas están logrando conectar. ¿El secreto? Dejar de parecer anuncios.
- Autenticidad ante todo Marcas como Maybelline o IKEA están apostando por contar historias reales, mostrando procesos, errores y momentos cotidianos. Menos venta, más cercanía.
- El humor como aliado En lugar de gritar “¡compra ya!”, algunas marcas optan por reírse un poco de sí mismas. KFC España, por ejemplo, usa el humor en redes para convertir sus tropiezos en contenido viral. Y la gente lo agradece.
- Contenido con propósito Empresas de tecnología y bienestar están creando contenido educativo o inspirador: tips de productividad, recetas, consejos de salud mental. No interrumpen, acompañan.
Menos interrupción, más conexión
El público ya no quiere solo que le hables; quiere que lo escuches. No quiere anuncios, quiere historias. Y sobre todo, quiere sentir que lo entiendes.
Las marcas que destacan hoy son las que actúan con empatía y coherencia.
Entonces, ¿cómo lidiar con la fatiga publicitaria?
- Cambia tus creatividades con frecuencia No muestres el mismo anuncio por meses. Juega con formatos, tonos y estilos.
- Crea contenido nativo para cada red En TikTok, sé TikTok. En LinkedIn, aporta valor. En Instagram, emociona. Cada espacio tiene su propio lenguaje.
- Usa los datos con cuidado Personaliza sin invadir. No hace falta gritar el nombre del usuario: basta con entender su contexto y ofrecer algo que le sirva.
- Construye comunidad, no solo conversiones Fomenta la participación: retos, encuestas, colaboraciones. Las marcas que crean comunidad, permanecen.
Conclusión
La fatiga publicitaria llegó para quedarse, pero eso no significa rendirse. Las marcas que logren contar historias auténticas, respetar la atención del usuario y aportar algo más que ruido serán las que sigan siendo relevantes.
El futuro no será de quienes hablen más fuerte, sino de quienes sepan decir lo justo, en el momento adecuado. No se trata de hacer más publicidad. Se trata de hacerla con sentido.
Referencias:
¿Qué es la fatiga publicitaria? Cómo comprender, medir y superar el agotamiento publicitario
¡”Cómo suena Aboca” Gana el Premio Aspid a la Mejor Acción en Redes Sociales!
