El sesgo en el diseño: ¿Diseño para todos? ¿o solo para el estándar general?

La brecha de datos que genera sesgo no suele ser malintencionada ni siquiera deliberada. Todo lo contrario. Es simplemente el producto de una forma de pensar que ha existido durante milenios y, por lo tanto, es una especie de no pensar.

Esta reflexión es profunda e inquietante, es por ello que me gustaría examinar los sistemas con los que interactuamos a diario. ¿Con qué frecuencia, como diseñadores y usuarios, dejamos de cuestionar críticamente las estructuras y productos que nos rodean, aceptando sus deficiencias como “así son las cosas”? Estas lagunas en el pensamiento revelan patrones sistémicos que configuran nuestro mundo, muchas veces de maneras que pasamos por alto.

El sesgo de datos en nuestra vida diaria

Un ejemplo común, ¿alguna vez has notado que las filas para los baños de mujeres suelen ser mucho más largas que las de los hombres? ¿Te has preguntado por qué ocurre? De forma general se asigna la misma cantidad de espacio para los baños masculinos y femeninos con el propósito de la igualdad de género. A primera vista, esto parece justo, pero está lejos de ser equitativo. Esta decisión ignora las necesidades reales de los usuarios.

En el caso de los baños, aunque puedan tener el mismo espacio, los diseños ignoran las necesidades específicas de las mujeres, quienes, en promedio, requieren tres veces más tiempo en el baño debido a factores como el periodo, embarazo, entre otros. Este detalle, aparentemente menor, genera experiencias frustrantes que muchas veces se descartan como “así son las cosas”, ignorando las necesidades reales.

Los algoritmos no son imparciales, nosotros tampoco lo somos.

Si algo tan simple como un baño puede reflejar un sesgo tan profundo, ¿cómo se traduce esto en los espacios digitales dominados por el diseño? 

Las decisiones sobre qué datos incluir, qué variables priorizar y cómo categorizar la información están influenciadas por las elecciones humanas. Esto puede ser especialmente problemático cuando los algoritmos se utilizan para decisiones críticas.

Diseñar para “todos” frente a diseñar para personas reales

Muchos productos se crean con el objetivo de ser “para todos”. Sin embargo, como argumenta Kat Holmes en Mismatch: How Inclusion Shapes Design:

“Cuando diseñamos para el promedio, excluimos los márgenes.”

El diseño para el “usuario promedio” a menudo ignora las necesidades de otros grupos. 

Hacia un diseño inclusivo

¿Qué podemos hacer como diseñadores para mitigar estos sesgos? Algunos pasos clave incluyen:

  1. Auditar los datos: Pregúntate si los datos representan a todos los usuarios o si hay lagunas que puedan sesgar los resultados.
  2. Colabora con perspectivas diversas: Incluir voces de diferentes géneros, etnias y disciplinas para identificar puntos ciegos.
  3. Prueba con grupos marginados: Ir más allá de las pruebas de usabilidad estándar y buscar activamente la opinión de personas frecuentemente excluidas.
  4. Iterar y mejorar: La inclusión no es un objetivo que se alcance una sola vez, requiere un proceso continuo de aprendizaje y refinamiento.

Conclusión

Comprender los sesgos implícitos en el diseño es una responsabilidad. Cada decisión que tomamos tiene el potencial de reforzar desigualdades o de combatirlas. Al abordar cada proyecto, debemos preguntarnos: “¿A quién podría excluir esto?” y “¿Cómo puedo hacerlo más inclusivo para todos?”

Reconocer estos sesgos y tomar medidas para abordarlos no solo mejora el diseño, sino que también contribuye a un mundo más justo e inclusivo.